domingo, 3 de agosto de 2008

La costumbre de leer en voz alta / Kiddo

La costumbre de leer en voz alta / Kiddo

No me acuerdo con exactitud el día en que María llegó a robar mi estabilidad, solo recuerdo que fue unos días antes de partir mi viaje al Norte, sinceramente creo que aquella conversación fue la que estimuló mi escapada. Realmente fue uno de los diálogos mas cortos que he tenido en mi vida, pero de qué manera tan poca información puede traer consigo tanta perturbación en su lenguaje. Después de escuchar que Marcos había sido arrestado y por lo tanto reducido a un estado tan inmaterializado, el cual mi cabeza no podía concebir porque tratar o intentar hacerlo traía un dolor asfixiante, una angustia con características perversas, y sobretodo una experiencia que ninguno quisiera vivir.

Pensó de manera automática en viajar a una playa, de manera consciente trataba de evitar y arrancar de la situación que la perseguía, de la pérdida irreversible de un componente fundamental y único en su vida, pero su inconsciente la llevaba a un lugar de encuentro, favorito de ambos, en el cual aferrarse a una materialidad que la acercara a Marcos, que por lo menos pudiera hacerla dudar de lo que estaba viviendo y de manera optima transportarla a otra realidad.

Luego de un par de meses, comenzó a sentir que de alguna forma no había sido capaz de liberarse de el, talvez la pena había desaparecido superficialmente, pero de extraña manera sentía que aun era una marioneta de lo que había formado y proyectado los últimos 7 años de su vida , inevitablemente el recuerdo la determinaba en sus acciones y en su discurso.

Sin advertirlo, hacia lo mismo que cuando estaba con el, leía los cuentos de García Márquez en voz alta para que él la escuchara, se reía de las ironías que recordaban ,lo que sin duda lo mantenía en su rutina, pero con un peso indeseado.

Pensó en innumerables e inútiles recursos, trató de eliminarlo y expulsarlo de sus necesidades y alegrías, quiso deshacerse de todo objeto que pudiera insinuar su presencia, pero el objetivo se alejaba cada vez mas con mayor velocidad, recordando continuamente la falta.

Hasta qué punto podía ella liberarlo, soltarlo, impulsarlo a otra historia ,que se alejara, pero trayendo con esto una satisfacción o mas que esto tranquilidad sin provocar la angustia de la no presencia, del vacío. De alguna forma la necesidad y la dependencia se expresa de manera continua, nos sobrepasa y conquista, nos asegura de lo abstracto que constantemente pretendemos hacer concreto y real bajo estos recursos.

De qué modo llenaba el espacio que la temporal ausencia provocaba ,porque no solo se trataba de una realidad juntos sino que por el contrario, la vida de ella proyectada en la extinguida vida de el.

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