domingo, 3 de agosto de 2008

ESCAPULARIO / Lady Killer…

ESCAPULARIO / Lady Killer…


…Dícese del objeto devoto formado por dos pedazos pequeños de tela unidos con dos cintas largas para echarlo al cuello…

Las cuerdas de la Guitarra se enredaban entre tus dedos, mientras con melodiosos sonidos lograbas perturbar mis sentidos que, a esas alturas de la noche, ya estaban adormilados.

Tu pie izquierdo marcaba el ritmo de tus sonidos y era hasta el retumbar del piso que estremecía mi paz sabiendo lo que vendría dentro de un rato.

Tu cabeza hacía un todo con el juego musical que traía tu cuerpo a la habitación. Tus rulos simpáticos oscilaban en la misma componente vertical… Y ya no podía esperar más para que tus manos dejaran el ritmo del Blues para continuar con otro más agitado

Dejaste la Guitarra sobre el sofá de la habitación, con cierto resquemor por no seguir seduciendo a la música… Apretaste un poco las clavijas… Limpiaste la cubierta… Tocaste sus formas unas vez más, como erotizando el resonador del instrumento…

Moví las cobijas de nuestra cama, resistiéndome a la dulce tentación de perturbarte en tu coqueteo nocturno con Ella. La protegiste una vez más con cubiertas de tela que apenas rozaban su delicado y bien cuidado cuerpo de madera. Subiste el cierre con tal delicadeza que el sonido invitaba a cualquiera a regocijarse en ese amor profundo. Hiciste sonar la última cuerda, como comprobando que todo estaba perfecto entre ustedes dos… Ella te respondió de la misma forma, con un sabroso y metálico estertor que se alejaba de la estridencia que cualquier otra podría proporcionarte.

Caminaste hacia la cama, apagaste la luz tenue que iluminaba tu romance de acordes, afeites y sonidos… Me volteaste, sacaste mis ropajes y comenzaste a tocarme con la misma delicadeza. Acariciaste mi pelo enmarañado, como las cuerdas que nunca le cortaste…

Rozaste mis caderas anchas y mi cintura, como si comprobaras la suavidad de su caja de madera…

Apretaste mi pecho con tus manos, logrando sacar un gemido caliente, como siempre has hecho con su resonador…

Apoyaste tu rostro en mi cuello, como siempre haces con ella cuando la cargas…

Te quedaste dormido mientras entrelazabas tus piernas con las mías…

Te besé por última vez, susurrando que te quiero…

Miré a tu Guitarra, celosa de la escena silenciosa que advertía frente a sí…

Mientras recuerdo que somos tus compañeras de aventuras…

Una mano sosteniéndola, y tu brazo rodeándome…

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